Un estudio reciente liderado por Eloïse Déaux de la Universidad de Ginebra, y publicado en la revista ‘PLOS Biology’, revela que la tendencia de los humanos a hablar más despacio con los perros se alinea con las capacidades receptivas de estos animales, mejorando su comprensión de nuestras órdenes.
Aunque los perros no emiten sonidos humanos, sí responden al habla humana. Para entender mejor esta interacción, los investigadores analizaron los sonidos vocales de 30 perros, así como los de 27 humanos conversando en cinco idiomas distintos tanto con otras personas como con perros.
Los resultados del estudio muestran que los humanos tienden a hablar a una velocidad de cuatro sílabas por segundo, mientras que los perros emiten vocalizaciones a dos sonidos por segundo. Sin embargo, al comunicarse con perros, los humanos ralentizan su habla a tres sílabas por segundo.
Los científicos sugieren que humanos y perros poseen diferentes sistemas de procesamiento vocal.
Ralentizar nuestra forma de hablar al interactuar con perros podría haber facilitado una mejor conexión entre ambas especies. Además, el estudio destaca que, contrario a la creencia popular, los perros requieren tanto contenido como prosodia para comprender el habla humana de manera efectiva.