En Montería, lo que muchos llamaban un sueño imposible hoy se volvió realidad. Tras años de críticas y señalamientos de “elefante blanco”, finalmente llegaron las embarcaciones del Businú, un proyecto que había sido blanco de burlas y dudas. El alcalde Hugo Kerguelén, conocido por impulsar obras de gran impacto, recibió las lanchas en medio de la expectativa ciudadana, demostrando que las promesas no se quedaron en discursos.
La escena ocurrió este diciembre en la ribera del río Sinú, donde la llegada de las embarcaciones marcó un antes y un después para la movilidad y el turismo local. Vecinos, curiosos y autoridades fueron testigos de cómo un proyecto que parecía estancado tomó forma tangible. El alcalde, señalado en su momento de “loco” por insistir en la obra, respondió con hechos a quienes apostaban por su fracaso, reafirmando su compromiso con la ciudad.
El Businú nace como respuesta a la necesidad de diversificar el transporte y aprovechar el potencial del río, buscando conectar a Montería de manera sostenible y atractiva. Más allá de la polémica, la puesta en marcha de las embarcaciones refleja un esfuerzo por transformar la ciudad y abrir nuevas oportunidades económicas. Así, lo que ayer fue motivo de incredulidad, hoy se convierte en símbolo de palabra cumplida y de confianza en el futuro de la región.
