En un hecho que ha estremecido a la capital caucana, un ataque sicarial se registró en la avenida Champagnat de Popayán, justo frente a las casas fiscales y militares. Según versiones preliminares, el teniente coronel Rafael Granados Rueda, Jefe del Estado Mayor de la Brigada Contra el Narcotráfico del Cauca, habría sido víctima de un atentado armado mientras se desplazaba acompañado de un soldado. Testigos aseguran que ráfagas de disparos irrumpieron la tranquilidad de la zona, dejando a la comunidad en estado de alarma.
Las primeras informaciones señalan que el oficial habría recibido un impacto de bala en la c4b3za, mientras que su acompañante también resultó herido en el ataque. Aunque las autoridades aún no confirman oficialmente la gravedad de las lesiones, el hecho pone en evidencia la vulnerabilidad de altos mandos militares en espacios públicos y la audacia de quienes perpetraron el atentado. La escena, ocurrida en un sector considerado seguro por su cercanía a instalaciones militares, genera interrogantes sobre la capacidad de reacción inmediata de las fuerzas de seguridad.
El Ejército y la Policía adelantan operativos en la ciudad para dar con los responsables, mientras la ciudadanía exige respuestas frente a un episodio que, de comprobarse las versiones, marcaría un nuevo capítulo de violencia contra la institucionalidad en el Cauca. La investigación deberá esclarecer si se trató de un ataque dirigido contra la estructura antidrogas o de un hecho aislado, pero lo cierto es que la sombra del sicariato vuelve a golpear con fuerza en Popayán, dejando un mensaje de zozobra y cuestionamientos sobre la seguridad de quienes lideran la lucha contra el narcotráfico.
