En un sorpresivo giro judicial y político, Salvatore Mancuso, exjefe paramilitar y actual gestor de paz del Gobierno, se retractó de las graves acusaciones que había hecho contra el expresidente Álvaro Uribe Vélez ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). Mancuso había señalado que Uribe, durante su mandato, habría ordenado el retiro del esquema de seguridad del entonces alcalde de El Roble, Sucre, Eudaldo León Díaz, asesinado en 2003. Sin embargo, ahora afirma que “no le consta” dicha participación y ha ofrecido disculpas públicas al exmandatario.
La retractación se da en el marco de una propuesta de conciliación presentada por Mancuso ante la Fiscalía, luego de que Uribe interpusiera una querella por injuria y calumnia. El exparamilitar reconoció que sus declaraciones carecían de pruebas y que no puede sostener legal ni moralmente los señalamientos que hizo en 2023. Esta admisión desmonta uno de los episodios más polémicos que había alimentado tensiones entre el expresidente y los organismos de justicia transicional.
El caso del asesinato del alcalde Eudaldo León Díaz ha sido emblemático en la historia del conflicto armado colombiano, y las acusaciones de Mancuso habían generado un fuerte impacto mediático y político. Ahora, con esta retractación, se reconfigura el relato y se pone en entredicho la credibilidad del exjefe paramilitar, quien durante años ha sido una fuente clave en los procesos de verdad y justicia. La pregunta que queda es si esta rectificación será suficiente para reparar el daño causado o si, por el contrario, abrirá nuevas investigaciones sobre la veracidad de sus múltiples testimonios.
