El presidente Gustavo Petro encendió la polémica al acusar públicamente a la Alcaldía de Medellín de presuntas violaciones a los derechos humanos durante una manifestación en apoyo a Palestina. A través de su cuenta de X, el mandatario señaló que habría existido una orden directa desde la administración local para reprimir la protesta, lo que calificó como “una violación profunda” que exige acción inmediata.
La denuncia surgió tras una publicación de Iris Marín, defensora del Pueblo, quien alertó sobre supuestas instrucciones para disolver la marcha, incluso con amenazas laborales a gestores de convivencia.
La respuesta del alcalde Federico Gutiérrez no se hizo esperar. En sus redes, defendió la actuación de las autoridades y acusó al presidente de querer “volver a incendiar a Colombia”. Gutiérrez aseguró que respeta la protesta pacífica, pero no tolerará el vandalismo ni la intimidación, luego de que encapuchados causaran daños materiales y agredieran a ciudadanos durante la marcha.
El cruce de declaraciones se da en medio de una jornada que comenzó como una manifestación pacífica y terminó en caos. Mientras Petro exige esclarecer responsabilidades, Gutiérrez reafirma su compromiso con el orden público. El debate está encendido, y la tensión entre el Gobierno nacional y la administración local sigue escalando.