El país amaneció con un balance alarmante tras las celebraciones de este 7 de velitas y es que 102 personas resultaron heridas por el uso de pólvora, según el último reporte oficial. Aunque la cifra representa una reducción frente al año pasado, la magnitud de las lesiones ha encendido las alarmas en las autoridades sanitarias. Antioquia lidera la lista con el mayor número de afectados, seguido por Valle del Cauca y Norte de Santander.
Entre los casos más preocupantes se encuentran 20 menores de edad, cinco de ellos acompañados por adultos bajo los efectos del alcohol. Las imágenes de niños quemados y familias destrozadas han generado indignación en redes sociales, donde se cuestiona la irresponsabilidad de quienes permiten que los menores manipulen artefactos explosivos.
El informe revela que la mayoría de las víctimas sufrieron quemaduras de segundo y tercer grado, con casos extremos de amputaciones y daños oculares irreversibles. Los artefactos más peligrosos fueron los “totes”, voladores y cohetes, responsables de más de la mitad de los incidentes. El fósforo blanco presente en algunos de estos elementos puede dejar secuelas permanentes, especialmente en niños y adolescentes.
Las autoridades insisten en que las fiestas deben vivirse en familia, sin riesgos ni tragedias que empañen la temporada. El Ministerio de Salud reiteró la prohibición del uso de pólvora por parte de menores y pidió denunciar cualquier venta ilegal.
