En le barrio Villa Real, un acto de crueldad estremeció a la comunidad, la pequeña Alana, una gatica conocida por su ternura, fue brutalmente agredida con una varilla por Wilson Javier Guerrero, quien tras el ataque huyó del lugar. El golpe fue tan severo que le causó la pérdida de un ojo, y aunque fue atendida en una clínica veterinaria, su vida se apagó horas después.
La indignación no tardó en brotar entre vecinos y defensores de los animales, quienes denunciaron que Guerrero no era un desconocido en estos actos. Según testimonios, ya había protagonizado otros episodios de violencia contra seres indefensos.
Gracias a la labor de la Fiscalía Seccional Córdoba y el Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal (Gelma), el agresor fue localizado y ahora enfrenta cargos por el delito de muerte agravada de un animal. El proceso judicial ya está en marcha, y la comunidad exige que esta vez la justicia no falle, recordando con dolor el caso de Michín, otro felino víctima de violencia cuyo agresor quedó en libertad.