Cada 21 de septiembre, regalar flores amarillas se ha convertido en una tradición significativa no solo en el exterior sino también en Colombia. Esta costumbre tiene sus raíces en la popular serie argentina “Floricienta”, estrenada en 2005.
En la serie, la protagonista sueña con recibir flores amarillas de su enamorado, lo que inspiró a muchos a adoptar esta práctica.
El color amarillo simboliza la luz del sol, la alegría, la esperanza y la amistad. En Colombia, esta tradición también se ha vinculado con la celebración del Día del Amor y la Amistad, que se festeja el tercer sábado de septiembre.
Regalar flores amarillas en esta fecha es una manera de expresar buenos deseos, optimismo y cariño hacia los seres queridos, sobre todo hacia las mujeres.