El derrumbe del clan Rhenals dejó de ser un rumor de pasillo para convertirse en un terremoto jurídico. La Fiscalía Especializada en Finanzas Criminales no solo les puso la lupa: los acorraló. Y mientras ellos intentaban mover influencias para arrastrar el caso a Córdoba , la clásica jugada de quienes creen que pueden torcer la justicia, Bogotá ya les tenía el inventario completo del patrimonio que, según la investigación, no corresponde a ningún ingreso legal conocido.
Ojo, es que aquí no hablamos de dos o tres propiedades hablamos de un imperio inmobiliario compuesto por 48 bienes a nombre de Luis Antonio Rhenals Otero, 16 a nombre de Gustavo Raúl Rhenals Otero su hermano y principal cerebro de esta supuesta banda criminal, 4 fincas adquiridas mediante testaferros y 4 predios adicionales en manos de terceros sospechosos, para un total de 72 bienes ligados al clan Rhenals. Un número que ningún salario público puede explicar y que solo encaja con la forma en que opera una banda delincuencial.
Según la fiscalía, Toño Rhenals y su hermano estaban dedicados a inflar su patrimonio con una velocidad que ni los narcotraficantes de los 90 pudieron haber. Su truco era la maniobra favorita del corrupto municipal: poner bienes a nombre de terceros para “pasar de agache”, creyendo que bastaba con maquillar la titularidad para ocultar el origen de los dineros.
Pero se estrellaron con la realidad. La Fiscalía Especializada en Finanzas Criminales de Bogotá no es la seccional de pueblo donde llaman para arreglar expedientes. Esta unidad rastrea cuentas, cruza matrículas, compara ingresos, reconstruye la ruta del dinero y detecta patrones con precisión quirúrgica. Y cuando metieron en la ecuación el CAMU de Cereté, los contratos, las obras públicas, los proveedores y las interventorías, la verdad saltó por sí sola: nada de ese crecimiento patrimonial tenía sustento legal.
De hecho, hoy la Fiscalía sabe qué compraron, cómo lo compraron, con quién lo compraron, a nombre de quién lo pusieron y qué contratos municipales habrían servido como combustible de ese enriquecimiento acelerado. Por eso se tiene previsto que antes del 20 de diciembre esta fiscalía tome posesión de los bienes del clan Rhenals de Cereté.
Y para rematar, la gran leguleyada del clan tampoco funcionó. Creyeron que, moviendo el expediente a Córdoba, podrían mantener el control político y apagar el incendio. ¿Cuánto les habrá costado ese intento desesperado? ¿Cuántos favores y operadores habrán activado? No se sabe, pero algo sí quedó claro: desde Bogotá no soltaron este caso y al parecer esta navidad no habrá ni aguinaldo ni casa para el clan Rhenals.
