“Así de corrupta es la ley en Colombia”: en Barranquilla, presos hacen fiestas, consumen drogas y se pasean de patio en patio

En medio de música, cervezas y celulares en donde celebraron el día del Amor y la Amistad, los reclusos de la Penitenciaría El Bosque de Barranquilla disfrutaron de una fiesta sin control, mientras los guardianes del Inpec brillaban por su ausencia. La Procuraduría pidió explicaciones, pero los testimonios revelados por Semana muestran que lo ocurrido no fue un caso aislado, sino parte de una dinámica que se repite a diario.

Según los relatos de varios internos, todo se mueve con plata, desde el ingreso de drogas y tecnología hasta los traslados entre patios para coordinar extorsiones o simplemente “parchar” con otros presos. Las bandas como Los Costeños, Los Pepes y el Clan del Golfo operan desde adentro, con ayuda de funcionarios que, según denuncian, reciben pagos en efectivo para facilitar todo tipo de favores. La corrupción es tan profunda que algunos guardianes son amenazados si no colaboran, y los presos aseguran tener más poder que las mismas instituciones.

Expertos como Luis Fernando Trejos, profesor de la Universidad del Norte, advierten que el sistema penitenciario está fallando. Las cárceles ya no frenan el crimen, lo potencian. Desde adentro se coordinan extorsiones, homicidios y negocios ilegales, mientras el Inpec parece parte del problema.