La tensión entre Estados Unidos y Venezuela volvió a escalar el pasado jueves 23 de octubre, cuando el presidente Donald Trump anunció que “la tierra será el siguiente paso” en su ofensiva contra los carteles de droga. Desde la Casa Blanca, Trump ordenó al secretario de Guerra, Pete Hegseth, informar al Congreso sobre los planes para extender los operativos militares más allá del Caribe y el Pacífico, insinuando que podrían atacar directamente en territorio venezolano.
Trump aseguró que las rutas terrestres representan una amenaza mayor y que no descarta acciones contundentes contra quienes, según él, están detrás del tráfico de drogas hacia Estados Unidos. “Vamos a matar a quienes traen drogas a nuestro país”, dijo sin rodeos. En las últimas semanas, fuerzas estadounidenses han interceptado varias embarcaciones en el sur del Caribe y el Pacífico oriental, lo que ha levantado sospechas sobre una posible incursión militar en Venezuela.
El mandatario también negó que bombarderos B-1 hayan sobrevolado la costa venezolana, como lo había reportado la prensa, pero confirmó que la CIA ya tiene luz verde para operar dentro del país. Según Trump, el régimen de Nicolás Maduro estaría facilitando el envío de drogas y liberando presos hacia el norte.