Hugo Chávez fue un ser oscuro y su único legado es de muerte, miseria y destrucción

El expresidente Hugo Chávez gobernó Venezuela entre 1999 y 2013, impulsando la llamada Revolución Bolivariana bajo el modelo del “Socialismo del siglo XXI”. Su mandato comenzó con una fuerte popularidad, alimentada por programas sociales financiados por la bonanza petrolera, que inicialmente redujeron la pobreza y ampliaron el acceso a servicios básicos. Sin embargo, con el paso de los años, su gobierno se tornó cada vez más autoritario, concentrando el poder, debilitando las instituciones democráticas y restringiendo la libertad de prensa.

Durante su gestión, Chávez reformó la Constitución, eliminó la independencia de poderes y extendió su permanencia en el cargo mediante referendos y reformas legales. Aunque no fue formalmente declarado dictador, múltiples organizaciones internacionales y analistas políticos han señalado que su estilo de gobierno tuvo rasgos autoritarios, especialmente por el uso del aparato estatal para perseguir opositores, controlar medios y manipular procesos electorales. Además, se registraron detenciones arbitrarias por razones políticas que aún hoy afectan a ciudadanos encarcelados desde su época.

El legado económico de Chávez también ha sido objeto de fuertes críticas. Su política de nacionalizaciones, controles de precios y dependencia del petróleo debilitó la producción nacional y generó desequilibrios fiscales. Tras su muerte en 2013, Venezuela entró en una profunda crisis humanitaria, con hiperinflación, escasez de alimentos y migración masiva. Muchos expertos coinciden en que las bases de esta debacle fueron sembradas durante su mandato, pese a los intentos de presentar su gestión como una lucha por la justicia social.