Una potente explosión estremeció la ciudad de Guayaquil la tarde del martes 14 de octubre, dejando al menos una persona muerta y varios heridos en una concurrida zona comercial. El incidente, atribuido a un carro bomba, generó pánico entre los transeúntes y provocó una rápida movilización de cuerpos de emergencia.
El estallido ocurrió cerca de las 18:00 hora local en un área rodeada de restaurantes, clínicas, hoteles y el principal centro comercial de la ciudad. Testigos relataron haber sentido un fuerte estruendo que hizo temblar los vidrios de los negocios cercanos. Bomberos y policías acordonaron el lugar, mientras paramédicos atendían a los heridos. Las autoridades confirmaron un incendio vehicular como resultado de la explosión.
La Fiscalía abrió una investigación para esclarecer los hechos, mientras el Ministerio del Interior calificó el ataque como un acto terrorista. Según informes oficiales, los explosivos utilizados fueron de fabricación sofisticada, lo que apunta a la participación de grupos criminales organizados.
El gobernador de Guayas, Humberto Plaza, vinculó el atentado con intentos de frenar una reforma constitucional impulsada por el presidente Daniel Noboa. Plaza denunció que los explosivos fueron colocados estratégicamente para causar el mayor daño posible, y advirtió sobre intereses que buscan desestabilizar el país en medio de cambios legislativos.