En lo más alto de las montañas del Valle del Cauca, entre caminos sin señal y trochas vigiladas, se esconde la finca que funciona como “zona segura” de las disidencias de Iván Mordisco, donde permanecen los secuestrados que el grupo retiene durante semanas o incluso meses.
Habitantes de la región aseguran que el lugar, conocido como “el resort”, tiene piscina, casa de recreo y hasta cultivos, pero detrás de esa apariencia turística se esconden víctimas amarradas, custodiadas por hombres armados.
Según testimonios de campesinos de las veredas cercanas, las personas son llevadas en camionetas, vendadas y trasladadas hasta la finca, a la que nadie puede acceder sin autorización de la estructura criminal. “Allá no sube nadie sin permiso, ni los soldados. Ellos controlan todo el paso”, contó un habitante que pidió reserva de identidad por miedo a represalias. La zona tiene retenes ilegales y vigilancia constante las 24 horas.
La finca, que pertenecería al frente Jaime Martínez del Estado Mayor Central, se ha convertido en un punto clave para ocultar secuestrados no solo del Valle, sino también del Cauca, Huila y Tolima. Algunas víctimas regresan tras el pago de millonarios rescates; otras siguen desaparecidas.