Durante la conmemoración de los 202 años de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, el presidente Gustavo Petro reconoció públicamente a la Armada Nacional como la fuerza pública con mayor capacidad de incautación de drogas en el mundo. Desde Cartagena, el mandatario reveló que, bajo su gobierno, se han decomisado 2.333 toneladas de cocaína, de las cuales 1.362 fueron incautadas por la Armada, consolidando su papel estratégico en la lucha contra el narcotráfico.
Petro también informó que 2.148 narcotraficantes han sido capturados durante su administración, muchos de ellos de nacionalidades europeas como albaneses, franceses, alemanes y croatas, lo que evidencia la internacionalización del negocio ilícito. “Lo que más hago en mi oficina es firmar extradiciones, aburridamente”, afirmó, al tiempo que cuestionó la efectividad de estas medidas frente a un mercado global en expansión.
En un tono crítico, el presidente arremetió contra la cooperación internacional, especialmente con Estados Unidos, tras el anuncio de un recorte del 50 % en la ayuda financiera para Colombia. “No nos están ayudando. Somos nosotros los que ayudamos. Allá no mueren, aquí sí”, sentenció Petro, subrayando que la vida humana debe estar por encima de cualquier interés económico.
Como parte de su estrategia, Petro ordenó a la Armada asumir el control de los aeropuertos del país para frenar la exportación de cocaína, señalando que terminales como el de Bogotá son puntos clave para el tráfico de drogas, armas y contrabando. Esta decisión, junto con la prohibición de exportar carbón a Israel, marca un giro en la política de seguridad y comercio exterior del gobierno colombiano, que busca golpear las economías ilícitas y desfinanciar la violencia estructural en el país.