En medio de un conflicto que no han logrado resolver en más de dos años, las autoridades rusas volvieron a levantar la voz contra Estados Unidos con advertencias que muchos consideran temerarias. Mientras la ofensiva en Ucrania sigue estancada, Moscú insiste en enviar mensajes de fuerza que han sacudido a la comunidad internacional.
Expertos internacionales califican estas declaraciones como un intento desesperado de demostrar poder ante el mundo. Señalan que es difícil hablar de “superpotencia” cuando no han podido consolidar victorias claras en Ucrania. Sin embargo, Rusia insiste en sostener un discurso agresivo que busca imponer respeto a través del temor.
Para analistas de defensa, el contraste es evidente: un ejército desgastado, recursos limitados y un conflicto que se ha convertido en un pantano del que no logran salir. Aun así, el gobierno ruso continúa presentándose como una amenaza directa para Estados Unidos.
Mientras tanto, la tensión global sube de tono. Estados Unidos observa estas amenazas como un intento de desviar la atención del fracaso ruso en Ucrania. Pero también advierte que cualquier escalada podría tener consecuencias graves.
