En un giro político que marca la ruta hacia las elecciones de 2026, el petrismo y sus aliados confirmaron que ya no habrá Frente Amplio, sino una consulta popular interna el próximo 8 de marzo de 2026. En ella se definirá quién representará al bloque progresista en la contienda presidencial. Los nombres ya están sobre la mesa: Iván Cepeda, Roy Barreras y Camilo Romero serán los precandidatos iniciales, respaldados por partidos como Colombia Humana, el Pacto Histórico y el Partido Mais.
El anuncio, realizado el 22 de diciembre de 2025, se acompañó de un manifiesto que subraya la “unidad histórica” como propósito superior. La consulta busca consolidar una mayoría capaz de liderar un gobierno progresista, con ejes programáticos como la defensa de reformas sociales, la transición energética justa, la protección del medio ambiente y la ampliación de la democracia. El objetivo es claro: unificar fuerzas dispersas de izquierda, progresismo y socialdemocracia para enfrentar con cohesión la carrera presidencial.
En cuanto al financiamiento, el Consejo Nacional Electoral (CNE) estableció que los topes de gasto para campañas presidenciales en 2026 alcanzan los 37.110 millones de pesos en primera vuelta, incluyendo aportes estatales y privados. Además, cada voto válido tendrá una reposición de $4.225, lo que convierte la consulta en un proceso con un alto costo político y económico. Estos recursos provienen de fondos públicos destinados a la financiación electoral y de aportes de los partidos y movimientos acreditados.
La consulta del petrismo no solo pretende elegir un candidato, sino también enviar un mensaje de cohesión en medio de una coyuntura política crucial. Con la promesa de “avances irreversibles” en reformas sociales y paz total, los promotores insisten en que la unidad es la única vía para garantizar gobernabilidad y responder a las expectativas ciudadanas. El resultado del 8 de marzo será decisivo para definir el rumbo de la izquierda en Colombia y su capacidad de competir en las presidenciales de 2026.
