El presidente Gustavo Petro volvió a encender la polémica al salir en defensa de su hijo Nicolás Petro y de los exministros Ricardo Bonilla y Luis Fernando Velasco, procesados por presuntos hechos de corrupción. En un mensaje cargado de insultos y acusaciones, el mandatario denunció que la oposición estaría ejecutando un “lawfare” para tumbar su proyecto político y encarcelar a su círculo más cercano, con el único objetivo de debilitarlo de cara a las elecciones de 2026.
Petro arremetió contra los sectores que celebraron la medida de aseguramiento contra sus exministros, señalados de participar en un entramado corrupto dentro de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (Ungrd). “Ni los dos ministros debían estar presos, porque las partes no pidieron cárcel y el juez de garantías no podía extralimitarse”, aseguró, agregando que la decisión responde más a intereses económicos de banqueros y petroleros que a la justicia.
El mandatario también defendió a su hijo Nicolás Petro, acusado de tráfico de influencias, peculado y falsedad en documento público, insistiendo en que su encarcelamiento es una estrategia mediática para mostrar “la foto de gente presa” y alimentar la narrativa de corrupción contra su gobierno. “Así de simple, quieren cárceles para nosotros… Son unos egoístas sociales de m…”, lanzó Petro en un ataque directo contra sus opositores, a quienes acusó de haber entregado el país a la violencia y al narcoparamilitarismo.
En su discurso, el presidente no dudó en señalar a la senadora María Fernanda Cabal y a su hijo Juan José Lafaurie, envuelto en un escándalo por recibir un millonario subsidio destinado a pequeños productores. Para Petro, este caso refleja “la codicia de una clase que odia al pueblo y quiere el Estado para sí”. Con un tono desafiante, el jefe de Estado advirtió que resistirá “hasta el último día” frente a lo que considera una persecución política disfrazada de justicia.
