La precandidata presidencial del Centro Democrático, Paloma Valencia, encendió las alarmas en el escenario político nacional con un mensaje directo y sin filtros: “Voy a estar persiguiendo a todos los corruptos del país; no vamos a tolerar que se sigan robando la plata de los colombianos”. La senadora utilizó sus redes sociales para lanzar un discurso que rápidamente se volvió tendencia, colocando la lucha contra la corrupción en el centro de su campaña.
Valencia aseguró que impulsará una reforma profunda a la justicia y anunció la apertura de canales ciudadanos para recibir denuncias de irregularidades. Con un tono desafiante, advirtió que no permitirá que continúe el desvío de recursos públicos, posicionándose como una figura de confrontación frente a uno de los problemas más sensibles del país.
En su pronunciamiento, la senadora también reforzó su perfil político, destacando que su trayectoria ha estado marcada por la transparencia y el aprendizaje junto al expresidente Álvaro Uribe Vélez, a quien reconoció nuevamente como su principal referente. Este guiño a su mentor político reavivó el debate sobre la influencia del uribismo en la contienda presidencial.
El mensaje cerró con una clara señal de sus aspiraciones: Valencia afirmó sentirse preparada para gobernar y expresó confianza en liderar una administración que responda a las expectativas de los colombianos. Su discurso, cargado de promesas de “mano dura”, ha generado tanto apoyo como críticas, consolidándola como una de las voces más polémicas en la carrera hacia la Casa de Nariño.
