El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, lanzó duras acusaciones contra el presidente venezolano Nicolás Maduro, señalando que su gobierno estaría cooperando activamente con disidencias de las FARC y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para traficar droga hacia Estados Unidos. Según Rubio, esta alianza representa una “grave situación de seguridad” en la región y convierte al régimen venezolano en un actor clave dentro del entramado del narcotráfico internacional.
Durante una rueda de prensa, Rubio aseguró que estos grupos armados “operan abiertamente y con la cooperación del régimen de Maduro para mandar drogas como cocaína a Estados Unidos a través del Caribe”, calificándolos de “terroristas criminales”. El funcionario destacó además que Washington mantiene estrecha colaboración en materia de seguridad con países como Panamá, Costa Rica, El Salvador y Colombia, con el objetivo de frenar el avance de estas organizaciones.
Las declaraciones se producen en medio de un contexto de tensiones diplomáticas entre Estados Unidos y Venezuela, marcado por sanciones económicas y acusaciones de vínculos del chavismo con el crimen organizado. Para Rubio, la amenaza que representan las FARC y el ELN bajo el amparo de Maduro es “la más importante de la región”, lo que podría influir en futuras políticas de seguridad y cooperación internacional.
Aunque Venezuela ha rechazado reiteradamente este tipo de señalamientos, el pronunciamiento de Rubio reaviva el debate sobre el papel del gobierno de Maduro en el narcotráfico y la estabilidad regional. El choque de narrativas entre Caracas y Washington promete escalar en un escenario donde la seguridad hemisférica se convierte en prioridad para Estados Unidos.
