En los últimos meses, las redes sociales se han convertido en el escenario donde miles de colombianos expresan su inconformidad con el rumbo del país. El presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez han sido blanco de críticas que los catalogan como los peores gobernantes de la historia de Colombia. Los comentarios giran en torno a la inseguridad que golpea regiones como Cauca y Valle, la falta de resultados en materia económica y el desencuentro público entre las dos cabezas del Ejecutivo, que ha dejado ver fisuras en el proyecto político que prometía cambios profundos.
Las quejas más repetidas señalan que el costo de vida sigue en aumento, que la violencia en los territorios no ha disminuido y que las promesas de transformación social se han quedado cortas. A esto se suma el distanciamiento entre Petro y Márquez, quienes han protagonizado discusiones públicas y desautorizaciones mutuas, generando la sensación de un gobierno dividido. Para muchos ciudadanos, esta falta de cohesión interna refleja la incapacidad de responder a las necesidades urgentes de la población.
El debate no se limita a la política, sino que se ha convertido en un fenómeno viral en redes, donde los usuarios comparan la gestión actual con gobiernos anteriores y cuestionan si realmente se están cumpliendo las expectativas de cambio. Aunque algunos defienden las iniciativas sociales impulsadas por Márquez y las reformas propuestas por Petro, la percepción mayoritaria es de frustración y desencanto. En este contexto, la etiqueta de “peores gobernantes” refleja más un sentimiento ciudadano de inconformidad que un juicio histórico definitivo, pero deja claro que la relación entre el gobierno y la opinión pública atraviesa uno de sus momentos más críticos.
