Un momento de terror sacudió a una familia en Monterrey cuando el agua derrumbó parte de su vivienda y arrastró a un bebé de siete meses. La corriente lo llevó por calles llenas de barro y piedras, mientras sus padres corrían desesperados gritando su nombre, temiendo que no sobreviviera a la fuerza del río improvisado.
La angustia se prolongó durante varios minutos hasta que, en medio del caos, un hallazgo inesperado devolvió la esperanza. El pequeño fue encontrado en el suelo, cubierto de tierra y empapado, pero llorando con fuerza. A su lado, una figura de la Virgen de la Inmaculada Concepción dejó a todos sin palabras.
Para los familiares, no había explicación lógica: lo vieron como una señal divina. Los rescatistas hablaron de suerte y resistencia, pero la familia interpretó el hecho como un milagro que protegió al niño en el momento más crítico.
