En un hecho sin precedentes, el presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, lanzó desde Oslo un ultimátum directo al régimen venezolano: “Señor Maduro, acepte el resultado electoral y renuncie”. La declaración, realizada en plena ceremonia, elevó la presión internacional y puso nuevamente en el centro del debate la crisis política que atraviesa Venezuela.
El Comité resaltó que la oposición, liderada por María Corina Machado, ha encendido “una llama que ninguna tortura, ninguna mentira ni ningún miedo pueden apagar”. Estas palabras fueron interpretadas como un respaldo contundente a la resistencia democrática en Venezuela y como un llamado urgente a la comunidad internacional para intensificar su apoyo.
La emoción se desbordó cuando Ana Corina Sosa, hija de la galardonada, anunció que su madre cumplirá su palabra y llegará a Oslo tras 16 meses de ausencia. “Mi madre nunca rompe una promesa y por eso puedo decir con toda la felicidad de mi corazón que en un par de horas podremos abrazarla”, expresó con lágrimas de alegría, poniendo fin al misterio sobre la ausencia de Machado en la ceremonia.
El episodio ha generado un terremoto político y mediático: mientras la oposición celebra el respaldo internacional, el régimen de Maduro sigue sin atender los llamados, desafiando tanto las presiones diplomáticas como las voces que, desde todos los rincones del mundo, le exigen abandonar el poder.
