El presidente Gustavo Petro reconoció públicamente que su gobierno enfrenta un nuevo obstáculo en medio de las negociaciones políticas: la pérdida de apoyo de la fiscal general, quien estaría preocupada por su posible inclusión en la llamada lista Clinton.
El pronunciamiento ocurrió en Bogotá durante una intervención reciente, donde Petro explicó que la tensión con la Fiscalía no solo afecta la relación entre poderes, sino que también genera incertidumbre en el manejo de temas sensibles como la lucha contra el narcotráfico y la cooperación internacional.
La referencia a la lista Clinton, un mecanismo estadounidense que sanciona a personas o entidades vinculadas con actividades ilícitas, puso sobre la mesa un debate que trasciende lo jurídico y toca directamente la política nacional.
La inclusión en esa lista implica restricciones financieras y un golpe a la credibilidad institucional. Lo que está en juego no es solo un pulso entre gobierno y Fiscalía, sino la imagen del país frente a la comunidad internacional.
