El gobierno de Estados Unidos lanzó un contundente reclamo contra el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, exigiendo la liberación inmediata de todos los presos políticos en Nicaragua. La administración del presidente Donald Trump calificó las detenciones como “injustas y arbitrarias” y denunció la “inhumanidad del régimen”, subrayando el impacto humano de estas privaciones de libertad en plena temporada de fin de año. “En estas fiestas, demasiados nicaragüenses verán asientos vacíos en sus mesas, donde deberían estar sus seres queridos”, señaló el comunicado oficial.
Según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas, avalado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, actualmente hay al menos 62 opositores encarcelados, entre ellos 18 adultos mayores y 28 casos de desaparición forzada. Entre las figuras más destacadas se encuentran el líder indígena Brooklyn Rivera Bryan, el exasesor de Ortega Álvaro Baltodano, varios militares retirados y el histórico comandante sandinista Henry Ruiz, quien permanece bajo arresto domiciliario desde marzo.
La presión de Washington se enmarca en un endurecimiento de su política exterior hacia Managua. Trump incluyó recientemente a Nicaragua, junto con Venezuela y Cuba, en la lista de países “tomados por narcoterroristas”. Como medida de presión, la Casa Blanca evalúa sanciones económicas severas, entre ellas la posible expulsión de Nicaragua del Tratado de Libre Comercio DR-Cafta y un aumento de aranceles de hasta el 100%.
El secretario de Estado, Marco Rubio, también se sumó a las críticas, describiendo al país como una “dinastía familiar” con una copresidencia de Murillo-Ortega que busca eliminar cualquier institución que amenace su poder, incluida la Iglesia Católica. La exigencia estadounidense marca un nuevo capítulo en la confrontación diplomática y aumenta la presión internacional sobre un régimen acusado de violaciones sistemáticas a los derechos humanos.
