En la vida real pasan sucesos que parecen sacados de película. Esta mujer, después de haberle puesto los cachos a su esposo, ¡y no una, sino tres veces!, juró por la vida de su propia madre que no volvería a fallarle. Lo más impactante es que el marido, con el corazón en la mano y a pesar de la triple traición, decidió perdonarla. Esta historia ha encendido las redes porque, en un país donde la infidelidad es tema de conversación todos los días, el nivel de perdón y la fe del hombre son casi de novela.
La telenovela de la vida real se armó, como casi siempre, dentro del hogar. Tras la tercera «embarrada», la mujer se jugó la última carta prometiendo que el «desliz» no se repetiría. En un ambiente donde, según estudios recientes, una gran parte de las parejas en Latinoamérica le ha tocado lidiar con esto, la confianza del esposo parece desafiar toda lógica.
Este acto de perdón ha dividido totalmente a la gente. Mientras unos aplauden al esposo por su «nobleza» o su «amor ciego», otros se jalan los pelos pensando: ¿será ingenuidad o pura falta de dignidad? Muchos se preguntan si esa juramentación será suficiente para borrar un historial de mentiras.
