El mediodía del pasado jueves, 27 de noviembre, Popayán fue escenario de un hecho que sacudió al país: sicarios atacaron al teniente coronel del Ejército Rafael Granados Rueda mientras se movilizaba en un vehículo particular por la avenida Champagnat, en el sector de Casas Fiscales y Militares. El oficial recibió varios disparos en la cabeza y, aunque fue trasladado de urgencia a un centro asistencial, falleció horas después.
La noticia generó inmediata reacción del presidente Gustavo Petro, quien a través de su cuenta en X calificó el asesinato como “un crimen de guerra” y pidió un informe detallado sobre la seguridad del oficial en el hospital. El Ejército también se pronunció, rechazando lo ocurrido y señalando que se trató de una flagrante violación al derecho internacional humanitario, además de expresar condolencias a la familia y compañeros de armas.
La Fiscalía asumió la investigación y, junto a las autoridades locales, reforzó los operativos para dar con los responsables. Este crimen, que se suma a la violencia que golpea al Cauca, reaviva el debate sobre la seguridad en la región y el impacto de los grupos armados ilegales.
