La relación entre Estados Unidos y Venezuela volvió a subir de tono el pasado jueves, 27 de noviembre, cuando el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, aseguró en una alocución televisada que el pueblo y las fuerzas armadas están “dispuestos al combate” en caso de una invasión. Sus palabras llegan justo cuando Washington consolida su presencia militar en el Caribe, con operaciones contra el narcotráfico y alianzas estratégicas con República Dominicana.
Padrino advirtió que no permitirán agresiones y acusó al gobierno de Donald Trump de impulsar un lobby petrolero disfrazado de lucha antidrogas. Según el funcionario, la instalación de bases aéreas y el despliegue de aviones en Santo Domingo responden a intereses de control regional más que a objetivos de seguridad. “Estamos listos para defender nuestra soberanía”, sentenció, dejando claro que la tensión se mantiene en el tablero internacional.
El presidente Nicolás Maduro también se pronunció, respaldando la postura de su ministro y asegurando que Venezuela no se dejará intimidar. Mientras tanto, Estados Unidos mantiene operaciones en el Caribe desde septiembre, con más de 20 embarcaciones bombardeadas y decenas de muertes reportadas.
