En medio de la presencia de fuerzas estadounidenses en el Caribe, Nicolás Maduro ha endurecido sus protocolos de seguridad y limitado sus apariciones públicas. Según un análisis de Financial Times, el mandatario venezolano organiza eventos masivos a última hora, buscando rodearse de multitudes como escudo frente a un posible operativo militar. La tensión aumentó luego de que Washington advirtiera sobre acciones contra el narcotráfico y señalara al líder venezolano de estar vinculado con el llamado Cartel de los Soles.
Fuentes de inteligencia citadas por el medio británico aseguran que dentro del régimen se respira paranoia: funcionarios temen ser traicionados y se habla de recompensas millonarias que pesan sobre la cabeza de Maduro. “No se puede confiar en nadie”, habría dicho uno de los oficiales consultados, reflejando el ambiente de desconfianza que atraviesa las filas del gobierno. La crisis económica y la caída de salarios también han alimentado la incertidumbre entre quienes lo rodean.
Mientras tanto, Maduro insiste en sus discursos en que nadie podrá ingresar a Venezuela y niega cualquier vínculo con el narcotráfico. Incluso, en una aparición reciente cantó Imagine de John Lennon como gesto simbólico frente a la amenaza militar. En paralelo, el presidente Donald Trump abrió la puerta a un posible diálogo directo, lo que marcaría el primer acercamiento bilateral desde que Estados Unidos desplegó su flota en la región.
