El presidente Gustavo Petro reveló lo que sacudió a su círculo más íntimo, la primera dama, Verónica Alcocer, no pudo reunirse con una de sus hijas debido a las restricciones derivadas de su inclusión en la lista Clinton. El mandatario calificó el hecho como una “ignominia” y lo presentó como un golpe directo contra su familia.
La lista Clinton, que implica un bloqueo financiero absoluto, también alcanzó al propio Petro, a su hijo Nicolás y al ministro del Interior, Armando Benedetti. La medida del Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha generado un terremoto político en Colombia, pues afecta directamente a las figuras más cercanas al presidente. Alcocer, en particular, se convierte en el rostro visible de las consecuencias personales de estas sanciones.
Durante un discurso oficial, Petro aseguró que hará todo lo posible para que su esposa pueda reencontrarse con su hija. Según él, si no logra resolver la situación en su propia familia, difícilmente podrá cumplir con la promesa de unir a las familias colombianas. Sus palabras fueron interpretadas como un mensaje cargado de victimización, lo que alimentó aún más la polémica en plataformas digitales.
A los problemas de Alcocer se suma una solicitud formal ante la Unión Europea para que sea investigada por presunto lavado de activos. El experto Juan Carlos Portilla pidió cooperación judicial internacional, especialmente en Suecia, para rastrear posibles delitos relacionados con contratos estatales.
