Estados Unidos y Trinidad y Tobago anunciaron una nueva ronda de ejercicios militares que volvió a encender las alarmas en Caracas. El despliegue, liderado por el Comando Sur, incluye portaaviones, destructores y aeronaves que patrullarán el Caribe con el argumento de frenar el narcotráfico. Sin embargo, para el gobierno de Nicolás Maduro, esta presencia representa una amenaza directa contra su estabilidad.
El gobierno trinitense confirmó que las maniobras se desarrollarán del 16 al 21 de noviembre, destacando que forman parte de una cooperación histórica con Washington. Según su cancillería, estas operaciones buscan fortalecer la preparación de sus fuerzas frente a delitos armados y violencia de pandillas que golpean al país.
Trinidad expresó abiertamente su respaldo a Estados Unidos, reforzando la alianza que en el pasado ya había generado roces con Venezuela. Mientras tanto, el despliegue estadounidense acumula interceptaciones y enfrentamientos en la región.
En Caracas, el silencio oficial ante el anuncio duró poco. Maduro, que recientemente impulsó una ley para crear nuevos comandos militares y reforzar la Milicia Bolivariana, considera estas acciones como una agresión encubierta.
