Una escena que parecía sacada de una película con final feliz conmovió a Bogotá y a todos los internautas, cuando un grupo de ciudadanos de distintas edades, oficios y orígenes se unió, con un solo propósito rescatar a un perrito que había caído a un caño de aguas negras en el sur de la ciudad.
El animal, visiblemente asustado y sin fuerzas, era arrastrado por la corriente entre basura y residuos contaminantes. Pero la historia no terminó en tragedia. Vecinos, transeúntes y hasta motociclistas que pasaban por la zona detuvieron su marcha, dejaron de lado la prisa y formaron una cadena humana para salvarlo. Uno de ellos se metió al agua, mientras otros lo sostenían desde la orilla. En cuestión de minutos, el perrito fue puesto a salvo.
La escena fue grabada por testigos y rápidamente se volvió viral en redes sociales, donde miles de personas aplaudieron el gesto. Más allá del acto heroico, lo que resalta es el mensaje: cuando la empatía se activa, la ciudad cambia.
Porque sí: en Colombia los buenos son más. Y lo demuestran, incluso, cuando el que necesita ayuda no puede hablar, pero sí mirar con gratitud.