En una escena que derritió corazones, el pequeño Davi festejó su tercer cumpleaños de una manera poco común pero profundamente significativa. En lugar de pedir juguetes o una fiesta temática, el niño, fascinado por el trabajo de los recolectores de basura, decidió homenajearlos con un desayuno especial. La celebración ocurrió en su barrio, donde junto a su familia esperó con emoción la llegada del camión de aseo.
Su mamá, Rafaela, preparó una mesa con jugos, panecillos y un pastel para recibir a los trabajadores que, día tras día, mantienen limpias las calles. Cuando el camión apareció, Davi saludó a los recolectores con una sonrisa que lo decía todo. Los empleados, sorprendidos y conmovidos, compartieron el momento con el niño, agradeciendo el gesto que rompió la rutina y les recordó que su labor también inspira.