«Exijo 100 millones para calmar este dolor; mi hijo solo estaba nervioso», dice la madre del joven que agredió a policías con un cuchillo

Ghilson Caicedo Ángulo, un joven de 28 años, murió en el barrio Robledo de Medellín durante un procedimiento policial que su familia considera desproporcionado. Según el testimonio de su madre, el joven atravesaba una crisis emocional y sostenía un cuchillo cuando los uniformados llegaron al lugar. En medio del caos, recibió impactos de bala que terminaron con su vida. “Mi hijo no representaba una amenaza. Ese policía abusó de su poder. Exijo justicia y una compensación de 100 millones de pesos por el dolor que me causa su pérdida”, expresó.

La versión oficial indica que Caicedo habría herido a uno de los agentes en la pierna, lo que motivó el uso del arma de dotación. Sin embargo, la familia insiste en que la reacción fue innecesaria y que los uniformados debieron aplicar protocolos de contención emocional, no fuerza letal. Vecinos del sector respaldaron la denuncia y exigieron una investigación transparente para esclarecer los hechos y evitar que el caso quede impune.

La muerte de Ghilson ha generado conmoción en redes sociales y reaviva el debate sobre el uso de la fuerza por parte de la Policía en contextos de salud mental. Organizaciones sociales y defensores de derechos humanos han cuestionado la preparación de los cuerpos de seguridad para intervenir en situaciones de crisis psicológica sin poner en riesgo la vida de las personas.