Sebastián Villa volvió a ser noticia en el fútbol argentino, pero esta vez no por escándalos judiciales, sino por levantar un título que marcó un antes y un después en su carrera. El colombiano fue figura en la consagración de Independiente Rivadavia, club que contra todo pronóstico se coronó campeón de la Copa Argentina tras vencer por penales a Argentinos Juniors, logrando el primer título de su historia desde su ascenso a Primera División en 2024.
El partido fue una verdadera película dramática: el equipo mendocino terminó con nueve jugadores, recibió el empate en el minuto 97 y aun así sobrevivió a la presión hasta llegar a la tanda definitiva. Allí, Villa se encargó del último cobro, selló la victoria y desató la locura de los hinchas. “Más que una revancha, es ser resiliente por todo lo que me pasó”, dijo el delantero, que volvió a aparecer en el foco público tras su salida conflictiva de Boca Juniors.
Villa no evitó referirse a su pasado, marcado por la condena por violencia de género que lo llevó a quedar fuera del fútbol argentino y exiliarse en Bulgaria. “Muy pocos creyeron en mí”, confesó, asegurando que este título es para su familia, su representante y el club que “le abrió las puertas cuando nadie quería hacerlo”. Hoy, además de ser capitán, es líder dentro y fuera de la cancha, algo impensado hace apenas un año.
El jugador también abrió la puerta a un posible regreso a la Selección Colombia, algo que no puede evitar ilusionarlo. “Yo hablo en la cancha, ojalá pueda volver”, afirmó.