Yileima Sofía Quintana Morelo, estudiante de grado 11 en la Institución Educativa Fe y Alegría, fue hallada sin vida en su habitación el pasado martes 28 de octubre, en el barrio Nuevo Oriente de Tierralta, Córdoba. La joven, reconocida por su alegría, disciplina académica y pasión por el patinaje, dejó una carta que hoy es parte de la investigación que adelantan las autoridades.
Según relató su madre, horas antes del trágico desenlace, Yileima escribía entre lágrimas, sin que nadie imaginara que detrás de ese gesto se escondía una profunda tristeza. La escena fue descubierta por sus familiares al notar que no salía rumbo al colegio. La Policía Judicial acudió al lugar y trasladó el cuerpo a la morgue del Hospital San José, mientras el barrio entero se sumergía en el duelo.
Este nuevo caso vuelve a encender las alarmas sobre la salud mental en adolescentes, un problema que crece silenciosamente en Colombia. La historia de Yileima interpela a instituciones, familias y comunidades sobre la urgencia de escuchar los silencios, de mirar más allá de las apariencias y de no minimizar el dolor emocional que muchos jóvenes enfrentan.
Hoy, Tierralta llora la partida de una joven que parecía tenerlo todo, pero que cargaba con un peso invisible. Su historia debe servir como llamado a la acción: hablar, acompañar y cuidar puede salvar vidas. La depresión no siempre grita, a veces se esconde tras una sonrisa.