En un edificio residencial se vivió una escena que pasó del susto a la ternura en cuestión de minutos. Un niño quedó atrapado solo dentro de un ascensor por una falla eléctrica, pero en lugar de entrar en pánico, cerró los ojos, juntó sus manos y comenzó a orar. En el video se observa que el menor se mantuvo tranquilo durante todo el tiempo que duró la emergencia, hasta que el sistema volvió a funcionar.
Al salir, su respuesta dejó a todos con el corazón apretado: “No estaba solo, porque Dios estaba conmigo”. La frase, espontánea y llena de fe, se volvió viral en redes sociales, donde cientos de usuarios compartieron el video del momento y enviaron mensajes de admiración por la serenidad del niño.
Aunque el incidente no pasó a mayores, lo ocurrido dejó una lección que muchos no esperaban: en medio del caos, la fe puede ser un refugio poderoso. El gesto del menor se convirtió en símbolo de esperanza y fortaleza, recordando que incluso en los momentos más difíciles, hay quienes encuentran paz en lo invisible.