En medio de una escalada diplomática entre Colombia y Estados Unidos, el ministro del Interior, Armando Benedetti, salió al paso de las declaraciones del presidente Donald Trump, quien acusó al mandatario colombiano Gustavo Petro de ser “líder del narcotráfico”. La confrontación se intensificó el 19 de octubre, cuando Benedetti calificó las afirmaciones como “absurdas” y aseguró que Colombia, bajo el liderazgo de Petro, ha enfrentado el narcotráfico con más determinación que cualquier otro gobierno.
La tensión se desató luego de que Trump responsabilizara a Petro por el aumento del flujo de drogas hacia Norteamérica, ignorando según Benedetti que Estados Unidos es el país con mayor consumo de sustancias ilícitas. “Estamos en la Cuarta Dimensión: el presidente más poderoso del planeta, del país donde más se consume, acusa al que más ha luchado contra el narcotráfico”, escribió Benedetti en su cuenta de X. Además, recordó que Petro, como senador, denunció los vínculos entre políticos y carteles en el escándalo de la parapolítica, arriesgando su vida en el proceso.
El cruce de declaraciones no solo revela una fractura diplomática, sino también una disputa narrativa sobre quién carga con la responsabilidad del problema global de las drogas. Benedetti insistió en que ningún gobierno colombiano ha enfrentado con tanta firmeza las redes del narcotráfico como el de Petro, y que las acusaciones de Trump desinforman y deslegitiman los esfuerzos de Colombia en la lucha antidrogas.
Este nuevo episodio de confrontación entre ambos líderes reabre el debate sobre el enfoque internacional frente al narcotráfico, la corresponsabilidad entre países consumidores y productores, y el uso político de las acusaciones en escenarios de alta tensión. Mientras Benedetti defiende la reputación del gobierno colombiano, la Casa de Nariño se prepara para responder oficialmente a las declaraciones del presidente estadounidense.