El corregimiento de Robles, en Jamundí, Valle del Cauca, fue sacudido por un ataque con cilindros explosivos que tenía como objetivo la subestación de Policía del sector. Aunque los artefactos detonaron antes de impactar la estructura, la onda expansiva dejó nueve personas heridas y afectó gravemente 18 viviendas, algunas de ellas completamente destruidas. Las víctimas fueron trasladadas al Hospital Piloto, donde dos permanecen bajo observación médica.
Ante el caos, la Alcaldía de Jamundí activó el Puesto de Mando Unificado y convocó un consejo extraordinario de seguridad para coordinar la atención a las familias afectadas. “Estamos trabajando con todas las dependencias para brindar apoyo inmediato, tanto emocional como material”, señaló la administración local. Tropas del Ejército y la Policía se mantienen en la zona para garantizar la seguridad y avanzar en las investigaciones que permitan identificar a los responsables del atentado.
En medio de esta crisis, también se conoció el testimonio de Sara Sofía González, una joven de 19 años que fue secuestrada el pasado 3 de octubre en el corregimiento de San Antonio. Según relató, fue llevada con los ojos vendados a una zona rural del Cauca, donde permaneció retenida por tres días. Aunque asegura que no fue agredida físicamente, el miedo y la incertidumbre marcaron su experiencia. Las autoridades aún no han confirmado si su caso está relacionado con el ataque en Robles, pero la comunidad exige respuestas y mayor presencia institucional en estas zonas vulnerables.