La comunidad indígena Motilón-Barí denunció el reclutamiento forzado de al menos cien niños, niñas y adolescentes por parte de grupos armados ilegales en la región del Catatumbo durante lo corrido de 2025. La cifra, registrada por la Asociación de Autoridades Tradicionales Ñatubaiyibari, evidencia el recrudecimiento del conflicto armado en municipios como El Carmen, Teorama, Convención, El Tarra y Tibú, donde las comunidades ancestrales enfrentan amenazas, hostigamientos y restricciones a su movilidad.
Según Alexander Dora, vocero del Observatorio de Derechos Humanos del pueblo Barí, los menores están siendo utilizados como guías en operaciones armadas, aprovechando su conocimiento de la selva y los caminos. “Nuestros niños están siendo usados para la guerra, cuando deberían estar en la escuela y con sus familias”, denunció. Dora también señaló que el narcotráfico es el principal motor de esta violencia, donde la vida de los jóvenes parece valer lo que cuesta mantener las rutas de la droga.
La desaparición de un joven en Ocaña y la instalación de retenes armados en territorio indígena son solo algunos de los hechos recientes que configuran graves violaciones al Derecho Internacional Humanitario. Frente a esta situación, la comunidad Motilón-Barí hizo un llamado urgente al Alto Comisionado para la Paz y a las instituciones del Estado para que activen mecanismos de protección y convoquen mesas de diálogo con participación efectiva de sus autoridades. Sin acciones inmediatas, advierten, la supervivencia de su pueblo está en riesgo.