En medio de la contienda electoral, el precandidato presidencial Abelardo De la Espriella generó polémica tras publicar un video en el que lanza duras declaraciones contra los integrantes de la llamada “primera línea”. En su mensaje, De la Espriella aseguró que, de llegar a la presidencia, no tendrán cabida en su gobierno y serán tratados como “terr0ristas”, prometiendo cárcel, sentencias sin beneficios y sin posibilidad de reducción de penas.
El precandidato apeló a un discurso de mano dura que ha sido recibido con entusiasmo por algunos sectores, mientras otros lo consideran una incitación peligrosa en un país marcado por la polarización política.
Las declaraciones han encendido el debate sobre los límites del discurso político y el tratamiento judicial de los manifestantes. Organizaciones defensoras de derechos humanos han expresado preocupación por el uso de términos como “terroristas” para referirse a jóvenes que participaron en protestas sociales, advirtiendo que esto podría vulnerar garantías constitucionales y criminalizar la protesta legítima.
En un contexto electoral cada vez más tenso, el mensaje de De la Espriella refleja una estrategia de confrontación directa con sectores que han sido protagonistas de movilizaciones sociales en los últimos años. Mientras tanto, analistas políticos señalan que este tipo de discursos podrían escalar el clima de hostilidad y dificultar los esfuerzos de reconciliación nacional.