La ciudad de Ibagué se encuentra conmocionada tras la muerte del chef Cristian Montaño, ocurrida el pasado 30 de septiembre en el parque Centenario. Según versiones preliminares, el joven fue agredido físicamente luego de expresar su simpatía por el presidente Gustavo Petro, lo que habría desencadenado una confrontación con otro ciudadano. Aunque el parte médico inicial sugiere que Montaño falleció por un paro cardíaco, las autoridades continúan investigando si la agresión tuvo un trasfondo político.
El presidente Petro se pronunció sobre el caso a través de su cuenta en X, asegurando que Montaño fue “ases1nado por simpatizar con mis ideas y mis acciones”. En su mensaje, el mandatario denunció que el crimen fue producto del odio sembrado desde sectores políticos locales y calificó al agresor como “un individuo loco de nazismo en su corazón”. Petro también hizo un llamado a la no retaliación, instando a sus seguidores a responder con amor y esperanza.
Las declaraciones del presidente han generado un intenso debate nacional sobre la violencia política en Colombia. Mientras algunos sectores respaldan la denuncia de Petro, otros advierten sobre el riesgo de politizar un caso que aún está en proceso de esclarecimiento. La Fiscalía General y Medicina Legal trabajan para determinar con precisión las causas de la muerte y los móviles del altercado.
Organizaciones sociales y ciudadanos han exigido que el caso no quede impune y que se garantice un proceso transparente. En medio de un clima de polarización, la muerte de Cristian Montaño se ha convertido en símbolo de las tensiones ideológicas que atraviesan el país, y en un llamado urgente a frenar el odio que amenaza la convivencia democrática.