Un fuerte cruce de cartas ha dejado al descubierto las tensiones internas en la Fiscalía General de la Nación alrededor del proceso que enfrenta Nicolás Petro, el hijo del presidente Gustavo Petro. Todo comenzó cuando la fiscal encargada del caso, Lucy Laborde, advirtió a la fiscal general, Luz Adriana Camargo, sobre una serie de hechos que, a su juicio, ponían en riesgo su independencia, especialmente la asignación de una fiscal de apoyo que ella no pidió ni consideró necesaria.
La respuesta de la fiscal general, Luz Adriana Camargo, no se hizo esperar. En una carta de cinco páginas, defendió las decisiones tomadas y, sin mencionarlo directamente, le lanzó una clara «pulla» a Laborde. Camargo le recordó que los funcionarios de la Fiscalía deben actuar con «lealtad institucional». A pesar de no referirse a las acusaciones del presidente Petro contra Laborde, la jefa del ente acusador hizo énfasis en la «dignidad» y la «gran responsabilidad» que conlleva su trabajo.
Esta polémica se da justo después de que la fiscal Laborde solicitara una nueva audiencia de imputación de cargos contra Nicolás Petro por hechos de corrupción, lo que puso todas las alarmas en el ente acusador. La exigencia de «lealtad institucional» por parte de la fiscal general, en un ambiente ya caldeado, sugiere que la relación entre ambas funcionarias está lejos de ser cordial.