En un discurso que ha captado la atención mundial, el presidente Gustavo Petro se subió al podio de las Naciones Unidas para soltar una bomba: pidió que se le abra un proceso penal al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por los ataques con misiles contra lanchas en el Caribe. Para Petro, los jóvenes asesinados no eran narcos, sino personas que escapaban de la pobreza, y los responsabilizó directamente por su muerte.
El mandatario colombiano, sin pelos en la lengua, se refirió a los recientes ataques en el mar Caribe. Mientras Trump asegura que se trataba de barcos de organizaciones terroristas, Petro argumentó que las víctimas, que «quizás eran colombianos», eran jóvenes sin oportunidades que solo buscaban un futuro mejor. El presidente colombiano acusó a Trump de lanzar misiles sobre «lanchas desarmadas de migrantes», calificándolo de un acto genocida.
Petro también acusó a Trump de estar rodeado de asesores ligados a la mafia de la cocaína, e incluso lo señaló de ser «cómplice de genocidio» por su postura en el conflicto de Gaza. Este discurso en la ONU demuestra la creciente tensión entre los dos países y la postura radical del gobierno colombiano frente a la política de Washington.