El mundo de la política internacional se sacudió cuando la gobernadora de Puerto Rico, habló sobre la posibilidad de entregar a Nicolás Maduro a las autoridades estadounidenses. En una entrevista, la mandataria se refirió a la recompensa de 50 millones de dólares ofrecida por el Departamento de Estado de EE. UU. por información que conduzca al arresto del líder venezolano.
La declaración de la gobernadora, que admitió que entregaría a Maduro para cobrar la recompensa, se hizo en respuesta a una pregunta directa sobre qué haría si estuviera frente a él. La recompensa forma parte de una estrategia de presión por parte de Estados Unidos contra el gobierno venezolano. La situación es compleja, ya que Maduro enfrenta acusaciones de narcoterrorismo, lo que ha escalado las tensiones entre ambos países.
Esta controversia pone en evidencia la delicada relación entre la política y las acusaciones criminales a nivel internacional. Si bien la gobernadora de Puerto Rico no tiene la autoridad para llevar a cabo esta acción, su respuesta ha reavivado la discusión sobre el destino de Nicolás Maduro.