En un giro polémico, el ministro de Defensa, Pedro Sánchez, afirmó recientemente que el Gobierno no reconoce al ‘Cartel de los Soles’ como una organización terrorista, contradictoriamente a la declaración oficial del Senado de Colombia, que el 16 de septiembre calificó a este grupo como criminal transnacional y terrorista. Sánchez explicó que la política de seguridad y lucha contra el narcotráfico se centra en otras organizaciones, dejando de lado a esta estructura calificada por 33 senadores como una amenaza grave para la seguridad nacional.
El Senado adoptó esta postura tomando en cuenta acusaciones internacionales que vinculan al ‘Cartel de los Soles’ con narcotráfico, lavado de activos y financiamiento de grupos terroristas, señalando incluso la presunta implicación del presidente venezolano Nicolás Maduro. Sin embargo, el ministro Sánchez se alinea con las recientes declaraciones del presidente Gustavo Petro, quien ha negado la existencia formal del cartel y lo calificó como una excusa política de sectores opositores, generando suspicacias sobre una posible subordinación política en la definición de amenazas oficiales.
Esta situación abre un debate sobre las prioridades del Gobierno en la lucha contra el crimen organizado y si las decisiones institucionales responden a criterios técnicos o a intereses políticos. Mientras el Senado insta al Ejecutivo a respetar compromisos internacionales y el reconocimiento formal del cartel como amenaza, la postura oficial del Ministerio de Defensa podría poner en entredicho la efectividad y unidad en la estrategia contra el narcotráfico en Colombia.