El padre de Luis Díaz, estrella de la Selección Colombia y del Bayern Múnich, abrió su corazón en una entrevista en la que habló sobre la relación que mantiene con su hijo, marcada por la exigencia y el orgullo.
Mané Díaz confesó que desde que el extremo colombiano era apenas un niño, lo trató con un nivel de exigencia superior al de cualquier otro jugador en su escuela de fútbol. Según él, desde muy pequeño se notaba que ´Lucho´ tenía algo especial, y por eso le pedía más que a los demás. “A los siete años ya quería jugar con los mayores, y sus propios compañeros me pedían que lo dejara en cancha más tiempo. Ahí supe que estaba hecho para cosas grandes”, relató.
Aunque su hijo ya es figura internacional, la dinámica entre ellos no ha cambiado. Mané contó que después de cada partido, sin importar el resultado, Lucho le escribe de inmediato para preguntarle cómo lo vio. “Si juega bien, lo felicito con orgullo, pero si no tiene su mejor día, también soy el primero en decirle que debe mejorar”, comentó.
El padre del guajiro no es solo su crítico más honesto, sino también su fan número uno. De hecho, recordó con emoción los dos goles que el jugador anotó frente a Brasil, describiéndolos como “el recuerdo más bonito” de su vida.
La historia de Lucho Díaz no solo es la de un jugador que llegó a la élite del fútbol mundial, sino también la de un padre que nunca dejó de exigirle y acompañarlo en cada paso, combinando disciplina y amor incondicional.