Un mes después del atentado que apagó la vida del exsenador Miguel Uribe Turbay, familiares, amigos y simpatizantes se reunieron en el parque El Golfito, al norte de Bogotá, para rendirle un sentido homenaje. María Claudia Tarazona, esposa del exprecandidato presidencial, encabezó el encuentro con un mensaje de esperanza y unidad: “El mal tiene los días contados, la seguridad volverá a reinar y la decencia gobernará”, expresó frente a los asistentes.
La ceremonia estuvo marcada por una cadena de oraciones en memoria no solo de Uribe Turbay, sino también de las víctimas recientes del conflicto armado, entre ellas soldados, policías y secuestrados. Allí estuvo presente su padre, Miguel Uribe Londoño, quien tomó el testigo político de su hijo al inscribirse como aspirante presidencial por el Centro Democrático. Tarazona, visiblemente conmovida, recordó además al activista estadounidense Charlie Kirk, asesinado el 10 de septiembre en circunstancias similares.
Desde el atentado, María Claudia Tarazona había mantenido bajo perfil público, luego de participar en los homenajes que el Congreso de la República le hizo a su esposo. Aunque hubo voces que pedían que ella asumiera la bandera política de Miguel Uribe Turbay, decidió apartarse de ese camino para centrarse en su familia. Hoy, su reaparición en El Golfito no fue política, sino íntima y simbólica: un acto de memoria, resistencia y fe en medio del dolor.