Desde 1999, Venezuela ha experimentado una serie de expropiaciones masivas bajo los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.
Más de 5,000 empresas, incluyendo tierras, fábricas y comercios, fueron expropiadas, dejando a su paso un rastro de ruinas y desolación. Estas acciones resultaron en una economía colapsada y una crisis sin precedentes, afectando gravemente la vida de millones de venezolanos.
El proceso de expropiación comenzó con la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999. Su gobierno implementó políticas de nacionalización y expropiación de empresas privadas con el objetivo de redistribuir la riqueza y reducir la desigualdad.
Nicolás Maduro, sucesor de Chávez, continuó con estas políticas, expropiando aún más empresas y propiedades. La situación empeoró, y la economía venezolana se sumió en una profunda crisis.
El gobierno de Petro ha implementado expropiaciones en casos necesarios, especialmente en regiones afectadas por el conflicto armado, como el Catatumbo. Estas acciones buscan facilitar la entrega de tierras a las víctimas del conflicto y garantizar la producción de alimentos en zonas de crisis.
Sin embargo, críticos argumentan que estas políticas podrían llevar a un deterioro similar al experimentado en Venezuela, donde la expropiación masiva resultó en una crisis económica sin precedentes.