El exsenador y exintegrante del M-19, Everth Bustamante, relató en en su libro Rebeldía, armas y democracia. Según su testimonio, una madrugada de 1992 encontró a la entonces esposa de Gustavo Petro con un arma en la mano, mientras el hoy presidente se hallaba en un estado “deplorable, drogado y alcoholizado”.
Bustamante narró que aquel sábado fue alertado por un escolta de Petro y, al llegar al domicilio, se encontró con una escena tensa en la que también estaban presentes dos acompañantes habituales del dirigente. Para él, ese momento fue decisivo “Ese solo hecho fue suficiente para entender quién era Gustavo Petro”, afirmó. Desde entonces, asegura, se distanció por completo del líder, quien más tarde lo señalaría de “traidor”.
El exsenador explicó que no había revelado antes este incidente porque su libro sigue una cronología y no quería “contaminar el texto con conductas tan cuestionadas”. Por ello, reservó la historia para un subcapítulo final dedicado al actual presidente, del que también sentencia: “Todo lo que toca Petro contamina”.
Además de este episodio personal, Bustamante insistió en que Petro nunca tuvo un papel relevante dentro del M-19 y que ha exagerado sistemáticamente su participación en hechos políticos y militares de la organización.
